¿QUIEN  ES  EL  DELINCUENTE? 

adaptado por Ramón Rendón del libro Ven Antes del Invierno por Carlos R. Swindoll

Los adolescentes casi siempre son los culpables.  Por alguna razón, si te encuentras entre los 12 y 20 años de edad, eres sospechoso.  La policía los vigila, y los de la tercera edad les echan miradas frías.  ¿Porqué?  Bueno ...

Conducen muy rápido, piensan muy lento, no son responsables, y no te puedes fiar de ellos.  La música que escuchan es diabólica, y lo que leen es superficial o cuestionable.  Los lugares que frecuentan son de baja categoría y alto volumen.  Su ropa está arrugada, su habitación es un desastre, su vespino es un dios, sus amigos son tacaños, sus  trabajos son casi insuficientes.  ¿Hablemos de modales?  Hablan con la boca llena de comida, andan agachados, no ven a los ojos cuando hablan con alguien, tratan a su hermano/hermana como si tuviera la lepra en su última fase.

Tienen alergias a los deberes, platos sucios, vacaciones familiares, a dar gracias, a levantarse por la mañana, ir a la cama por la noche, y a las duchas.

Si tiene unas cuantas pelas, probablemente es un camello de drogas.   Si no llega a casa cuando dicen, probablemente estuvo donde no debería.  Si no tiene planes para asistir a la universidad, no tiene ambición.  Si no consigue un empleo, es un perezoso.  Si sonríe mucho, es porque está tramando algo.  Si está serio de vez en cuando, tiene una mala actitud.  Si tiene una tos, ha estado fumando porros.

¿Estáis cansados de todo esto?  ¡Ellos también!  Mi mujer y yo tenemos tres -- una ya ha comenzado a volar por si sola y tenemos 2 más en la pista de despegue;  y después de hablar con muchos de ellos, os digo que la mayoría a menudo sienten que ¨¡no pueden hacer nada bien, no pueden ganar¨!  Hay excepciones, pero en general, los jóvenes de hoy en día están llenos de talento, tienen un potencial increíble, y cuando ponen sus traseros en marcha, son capaces de hacer hazañas.

El talento se ve en las proezas deportivas, en la música, el drama, etc.  A menos que de veras sepas de electrónica y ordenadores, no intentes engañarles, y desde luego, no intentes ganarles a los video-juegos.

De acuerdo, es verdad que, en cuanto las cosas refinadas de más cultura, no les interesa, pero ¿te interesaba a ti?  No siempre acaban lo que comienzan, ¿y tú?  No ven todos los peligros y riesgos, pero ¿los viste tu?  Si que no son tan agradecidos, considerados, generosos, y responsables.  Pero aunque son débiles en esas áreas, son sinceros en decir lo que verdaderamente piensan, se dan a lo que verdaderamente creen, y sobreviven la selva de la presión de su entorno, las quejas de los padres, y los maltratos de los profes.

A mi me encantan los adoles.  Aun con todas sus imperfecciones, aprecio su honestidad.  No se si habéis notado, pero pueden identificar a un hipócrita religioso a 2 km.  Admiro su fortaleza en medio de la desilusión de padres que se han separado o divorciado.  Yo aplaudo su esfuerzo de mantenerse puros moralmente en medio de toda la porquería de revistas, conciertos roqueros, películas llenas de palabrotas e inmoralidad.  Me sorprende que so non más delincuentes.

No te veas tan santito.  Piensa un poco en tu adolescencia.  Estoy seguro que yo me cargue a varios ángeles guardianes.    Creo que los ángeles Gabriel y Miguel han montado una serie de fiestas cuando algunos de nosotros hemos llegado a los 20.
 

ALGO PARA PENSAR

Lo leemos en los periódicos y las noticias de la tele.  Hay homicidios, robos, y crimen por todos lados.  Nos lamentamos al decir, ¨Esta nueva generación ... ¿donde acabarán?¨  Pero, ¿podemos estar seguros que es solo su culpa?  Somos menos culpable nosotros los que ponemos en su camino demasiadas cosas que les pueden descarrilar: demasiado dinero, demasiado ocio, demasiadas películas de pasión y crimen, demasiados libros no aptos para ser leídos.  Demasiada maldad en lo que oyen.  Demasiados niños que son animados a vagar.  Demasiados padres que no están en casa.  Los adoles no producen las películas, no escriben los libros, no pintan las fotos de los ladrones y mafiosos.  No fabrican el licor, no dirigen las discotecas.  No cambian las leyes, no fabrican los coches.  No venden las drogas que queman el cerebro.  Todo esto lo hacen los adultos con tal de hacer ganancia.

Los adolescentes delincuentes, ¡como les atribuimos las rebeliones de la nación y les hacemos los culpables!   ¿Quién está en medio de nosotros para tirar la primera piedra?  Porque muchas veces, y es triste pero es la verdad, el título ¨delincuente¨ ¡vale!
 




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